El acodo o amorgonamiento es un método artificial de propagación vegetal, que consiste en hacer posible la aparición de raíces, también conocido como estaca, por medio del calor, de la humedad, de la tierra preparada y de incisiones o ligaduras en las ramas acodadas, formando nuevos individuos. Como en toda reproducción vegetativa, los nuevos individuos son similares genéticamente al progenitor.[1]
Las ramas acodadas enraízan más fácilmente cuanto más efectiva sea la detención de la savia. Todas las operaciones de acodadura se dirigen a detener y dirigir la savia a la parte de la rama o ramas que se han de enraizar.
Aun cuando el acodo se practica en todas las épocas del año, el momento más adecuado depende de la especie y, sobre todo, del clima del lugar. El momento en que la planta está en pleno desarrollo es el mejor, ya que entonces la savia está en movimiento y promueve las hormonas que inducen la formación del callo de donde han de brotar las raíces. La tierra con la cual se hace el acodo debe ser ligera y ha de conservar la humedad, para lo cual puede cubrirse con mantillo u otra materia.