Afrodita

Afrodita surge de la espuma del mar, coronada con exuberantes trenzas
(El nacimiento de Venus, William-Adolphe Bouguereau, 1879).

Afrodita (en griego antiguo, Ἀφροδίτη; en griego moderno, Αφροδίτη; en latín, Aphrodite) es, en la mitología griega, la diosa de la belleza, la sensualidad y el amor. Su equivalente romano es Venus.

«Y estas atribuciones posee [Afrodita] desde el comienzo y ha recibido como lote entre los hombres y dioses inmortales: las intimidades con doncellas, las sonrisas, los engaños, el dulce placer, el amor y la dulzura».[1]

Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que antiguamente no se refería al amor en el sentido romántico sino erótico o sexual. Gracias a Afrodita toda especie viviente es concebida.[2]

«Cuéntame, musa, las acciones de la muy áurea Afrodita, de Cipris («de Chipre») que despierta en los dioses el dulce deseo y domeña las estirpes de las gentes mortales, a las aves que revolotean en el cielo y a las criaturas todas, tanto a las muchas que la tierra firme nutre, como a cuantas nutre el ponto. A todos afectan las acciones de Citerea («de Citera»), la bien coronada».[3]

Aunque en algunas fuentes Afrodita está descrita como la esposa de Hefesto, se puede interpretar más bien como un matrimonio de conveniencia.[4]​ En muchas otras fuentes Afrodita no aparece vinculada a ningún esposo y ejerce su amor libremente. Ya desde la Teogonía se relata la pasión que sentía hacia Ares, que representa un impulso elemental como ella. Afrodita, como diosa del instinto sexual, tomó como amantes y engendró descendencia con casi todos los dioses varones del Olimpo, incluso a Zeus, a quien arrebataba el sentido. Zeus, como respuesta, la hizo enamorarse de un varón mortal, Anquises. Sólo hay tres diosa a quienes Afrodita no puede domeñar: Hestia, Atenea y Artemisa, diosas vírgenes.[5]​ Junto a sus hermanos, ocupaba un lugar en el panteón entre los doce dioses olímpicos. De su nombre se desprenden acepciones, como las palabras afrodisíaco o hermafrodita, y de su nombre en romano antiguo (Venus, Veneris) provienen venerar, venera y venérea (referido a lo sexual).

Según Hesíodo Afrodita había nacido de la espuma de mar formada a partir de los genitales cercenados de Urano.[6]Homero refiere que Afrodita nació de la unión entre Zeus y Dione.[7]​ Los poetas latinos dicen que Afrodita nació de la unión entre el Cielo (Urano) y el Día (Hémera). [8]Epiménides nos dice que «Crono de mente retorcida tomó en matrimonio a la joven Evónime; de él nació la áurea Afrodita de hermosos cabellos, y las Moiras inmortales y las Erinias de variopintos dones».[9]Nono dice que Talasa había sido la madre de Afrodita con Urano, aludiendo al episodio hesiódico: el agua del mar quedaría así fertilizada.[10]

Afrodita estaba en posesión de un ceñidor que contenía el poder irresistible del amor físico (en griego κεστός ἱμάς, kestós himás, «recamada correa», y también cingulum Veneri, cestus Veneris en latín): «el amor y el deseo con el que a todos los inmortales y a las mortales gentes tú doblegas». Llevaba la correa ceñida a su cintura y en ella estaban bordados y fabricados todos sus hechizos: «allí estaba el amor, allí el deseo, allí la amorosa plática y la seducción que roba el juicio incluso a los muy cuerdos».[11][12]​ Incluso ese ceñidor le sirvió a Afrodita para desviar el rayo de Zeus que iba dirigido a matar a Anquises.[13]

  1. Hesíodo: Teogonía, 203
  2. Lucrecio: De la naturaleza de las cosas I, 4-20
  3. Himno homérico V, a Afrodita, vv. 1-6
  4. Homero: Odisea VIII, 267; Apolonio de Rodas: Argonáuticas III, 36 s; Virgilio: Eneida VIII, 372 s.
  5. Himno homérico V, a Afrodita, passim
  6. Hesíodo: Teogonía, 188
  7. Homero: Ilíada V, 370
  8. Cicerón: De Natura Deorum 3, 21
  9. Epiménides, citado en Tzetzes, sobre Licofrón, 406
  10. Nono de Panópolis: Dionisíacas XII 43
  11. Ilíada XIV, 197 s.
  12. Plutarco: Moralia II, 23
  13. Servio, Comentarios a Eneida II, 649