El analfabetismo es la incapacidad de leer y escribir, la cual es consecuencia generalmente de la falta de aprendizaje y esta a su vez de la falta de recursos y por ello de carencias en la escolarización.[1]
Según la ONU, una persona analfabeta es aquella que no puede decir ni hacer un simple mensaje relacionado con su vida diaria.[2] En algunos países, la comprensión lectora puede ser deficiente a pesar de que su tasa de analfabetismo estricto (iletrismo) sea pequeña, pues leer no es solo conocer las letras, sino entender mensajes por escrito.
En algunos países las leyes abarcan condiciones especiales para analfabetos. Así, por ejemplo, el Código Civil de España establece que aquellos analfabetos que deseen otorgar testamento cerrado, y pidan a otra persona que se lo escriba, deben firmar en cada una de las páginas.
La Unesco no evalúa de forma independiente las tasas de alfabetización, sino que simplemente registra las que recibe de los gobiernos de cada país. Este organismo clasifica como territorio libre de analfabetismo aquellos que reportan una tasa de analfabetismo inferior al 5 %.
En la actualidad no poseer la capacidad de leer constituye un serio problema para el desarrollo individual y social. En la antigüedad la situación era completamente diferente, la persona analfabeta no veía limitado su desarrollo por carecer de la habilidad para leer y escribir, y el concepto que tenía la sociedad de ella era totalmente distinto al que tenemos hoy en día.[3]