Arma de asta

Moharra de alabarda. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Un arma de asta, arma enastada, arma de pértiga o arma de fuste es un arma que consiste básicamente en un palo o vástago, en cuyo extremo se fija una hoja metálica o cuchilla puntiaguda. Existe una gran variedad de este tipo de armas: dependiendo de la forma y la concepción, existen armas de asta destinadas a la caza mientras que otras están destinadas a la guerra, aunque en muchas culturas humanas las dos funciones han sido o son intercambiables. De una manera general, en Eurasia las armas de asta más pesadas están o han estado normalmente destinadas a la guerra, y concretamente al combate cuerpo a cuerpo y al combate cercano. Las astas de estas armas pesadas son por lo general de madera dura, a fin de ampliar lo máximo posible el radio de acción del que la blande, amplificar el momento angular para conseguir el máximo daño cuando la parte superior entra en contacto con el objetivo e incrementar el tajo dado con el filo. Las armas de asta más ligeras, como venablos, jabalinas o azagayas, suelen ser armas arrojadizas, y están principalmente destinadas a la caza, aunque existen excepciones como el pilum de los antiguos romanos, que era un arma arrojadiza militar. Las armas de asta más ligeras y pequeñas son los dardos y flechas (disparados con arco) y los virotes (disparados con ballestas). En el caso de dardos, flechas y virotes, sus astas pueden también llamarse «astiles».

A pesar de la gran variedad de tipos de estas armas, el arma de asta más común es la lanza, utilizada principalmente por los lanceros, que pese a su nombre no es en principio un arma arrojadiza, a diferencia de la jabalina o del venablo, que sí lo son. En el pasado algunas lanzas de tamaño intermedio han sido usadas para el combate cuerpo pero con la propiedad de poder ser arrojadas gracias a que en su concepción se tuvo en cuenta el equilibrio y el reparto de las masas a lo largo del arma. De todos modos, la tendencia en la historia militar ha sido la de producir armas especializadas, ya fuesen muy ligeras (como jabalinas, venablos o pilums) o relativamente pesadas (como las lanzas usadas habitualmente en la infantería o en la caballería, o las picas, lanzas muy largas usadas por la infantería)

El origen de las armas de asta es remoto: baste con considerar la estrecha relación entre la azagaya y el cuchillo de pedernal de la Edad de Piedra, que condujo al desarrollo de muchos tipos de armas (lanzas, alabardas, berdiches, hachas de guerra, etc.).