La arrogancia (del latín arrogāre: ad- + rogāre) es, supuestamente, sinónimo de vanidad. En la teoría de la neurosis de Karen Horney, la arrogancia o ser arrogante es el producto de la compensación que ocurre en el ego por tener una autoimagen inflada.[1] Por lo tanto la persona pretende ejercer los derechos que cree tener por la importancia que se atribuye a sí misma, basada en su autoimagen; mientras que los demás lo ven y reconocen por lo que es.