Bacanal

Sacrificio a Baco, óleo de Massimo Stanzione (c. 1634).

Las bacanales (latín: Bacchanalia) eran fiestas populares romanas de Baco, no oficiales y financiadas con fondos privados, basadas en diversos elementos extáticos de las Dionisias griegas. Casi con toda seguridad estaban asociadas al culto nativo romano a Liber, y probablemente llegaron a la propia Roma (c. 200 a. C.) desde la Magna Grecia o a través de la Etruria influida por Grecia. Al igual que sucede con todas las religiones mistéricas del mundo antiguo, se sabe muy poco de sus ritos. Parecen haber sido populares y bien organizadas a lo largo de todo el centro y sur de la península itálica.[1][2]

Tito Livio, que escribió al respecto unos 200 años después de los acontecimientos, ofrece un relato escandalizado y extremadamente colorido de las Bacanales, describiendo ritos frenéticos, iniciaciones sexualmente violentas de personas de ambos sexos, de todas las edades y de todas las clases sociales. Livio afirma que en ellas se bebía sin medida. Las sacerdotisas organizadoras de la ceremonia se llamaban bacantes y el nombre ha quedado asociado a las orgías romanas. El culto primitivo era exclusivamente de mujeres para mujeres y procedía del culto original al dios Pan. Introducidas en Roma, las bacanales se celebraban en secreto y con la sola participación de mujeres en la arboleda de Simila, cerca del monte Aventino la fecha de celebración es la primera luna llena de enero y la primera de marzo, al igual que los días 16 y 17 de marzo. Posteriormente, se extendió la participación en los ritos a los hombres y las celebraciones tenían lugar cinco veces al mes.

Tito Livio muestra al culto como un instrumento asesino de conspiración contra el Estado. Afirma que siete mil líderes y seguidores del culto fueron arrestados, y que la mayoría de ellos fueron ejecutados. Livio creía que el escándalo de las Bacanales era uno de los muchos indicios de la inexorable decadencia moral de Roma. Con todo, los académicos modernos son bastante escépticos ante las acusaciones de Livio.[1]

El culto nunca fue prohibido. La legislación senatorial para reformar las Bacanales en el año 186 a. C. intentó controlar su tamaño, organización y sacerdocios, bajo amenaza de pena de muerte. Es posible que esta medida no estuviera motivada tanto por los rumores sensacionalistas y dramáticos que describe Tito Livio como por la determinación del Senado de demostrar y afirmar su autoridad civil, moral y religiosa sobre Roma y sus aliados, tras la prolongada crisis social, política y militar de la Segunda Guerra Púnica (218-201 a. C.). Es posible que los ritos reformados de la Bacanal se hayan fusionado con las fiestas de las Liberalia. Baco, Liber y Dioniso se convirtieron en deidades prácticamente intercambiables a partir de la época republicana tardía (133 a. C. en adelante), y sus cultos mistéricos persistieron hasta bien entrado el Principado de la era imperial romana.

  1. a b Walsh, P. G. (1996). «Making a Drama out of a Crisis: Livy on the Bacchanalia». Greece & Rome 43 (2): 188-203. JSTOR 643095. doi:10.1093/gr/43.2.188. 
  2. Takács, Sarolta A. (2000). «Politics and Religion in the Bacchanalian Affair of 186 B.C.E.». Harvard Studies in Classical Philology 100: 301-310. JSTOR 3185221. doi:10.2307/3185221.