La batalla de Tabuk (o Tabouk) fue una expedición militar que, según diferentes biografías musulmanas, fue iniciada por el profeta Mahoma en octubre del año 630. Mahoma lideró una fuerza de al menos 30.000 hombres hacia el norte en dirección a Tabuk, que en la actualidad se encuentra en el noroeste de Arabia Saudí, con la intención de encontrarse con el ejército bizantino. Aunque no se tratara de una batalla en el sentido habitual, si hubiera sido un hecho histórico este evento representaría el primer conflicto que daría comienzo a las guerras árabo-bizantinas.
No existe un relato bizantino coetáneo de estos hechos, y la mayor parte de los detalles provienen de fuentes musulmanas posteriores. Una vez dicho esto, así como el hecho de que ambos ejércitos nunca se encontraron, algunos académicos occidentales han cuestionado la autenticidad de los detalles que rodean a este evento.[1] No obstante, en el mundo árabe se la tiene de modo generalizado por un evento histórico.
- ↑ Véase, por ejemplo, Bowersock, Glen Warren, Peter Robert Lamont Brown y Oleg Grabar Late Antiquity: A Guide to the Postclassical World (1999, Harvard University Press) p. 597, que afirma que multitud de los detalles que rodean la vida de Mahoma tal y como se presenta en las biografías son "problemáticos en algunos aspectos, el más importante de los cuales es que representan una tradición de narrativa viva que seguramente se desarrolló oralmente durante un período de tiempo considerable antes de que adquiriera una mínima forma fija escrita. Idealmente, a uno le gustaría ser capaz de comprobar estos relatos contra la evidencia coetánea... sin embargo, no existe evidencia arqueológica, epigráfica o numismática relevante que date del tiempo de Mahoma, ni existen referencias a él en fuentes no musulmanas con fecha anterior al año 632." También cf. El-Cheikh, Nadia Maria Byzantium Viewed by the Arabs (2004, Harvard University Press) p. 5: "Uno de los principales desafíos al examinar los contactos iniciales entre Bizancio y los umma musulmanes tempranos surge de la controversia que rodea los relatos islámicos tradicionales (...) Las fuentes no son coetáneas a los eventos que relatan y en ocasiones fueron escritas muchos siglos después. Estas fuentes contienen complejidades internas, anacronismos, discrepancias y contradicciones. Además, muchas de ellas contienen evidencia del embellecimiento y de la invención que fueron introducidos con motivos apologéticos políticos o religiosos".