Batalla de Waterloo | ||||
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Parte de las guerras napoleónicas y los Cien Días | ||||
La batalla de Waterloo, óleo de William Sadler. | ||||
Fecha | 18 de junio de 1815 | |||
Lugar | Cerca de Waterloo (Bélgica) | |||
Coordenadas | 50°40′41″N 4°24′44″E / 50.678055555556, 4.4122222222222 | |||
Resultado |
Victoria decisiva de la Séptima Coalición.
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Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Bajas | ||||
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La batalla de Waterloo fue un combate que tuvo lugar el 18 de junio de 1815 en las proximidades de Waterloo, una localidad de la Bélgica actual situada a unos veinte kilómetros al sur de Bruselas.
Se enfrentaron por un lado el ejército francés, al mando del emperador Napoleón Bonaparte, y por otro, las tropas británicas, neerlandesas y alemanas dirigidas por el duque de Wellington junto con el ejército prusiano del mariscal von Blücher.[2] El resultado fue una derrota incontestable y definitiva de las fuerzas napoleónicas que determinó el final del primer Imperio francés, y la prisión definitiva de Napoleón en la distante isla de santa Elena hasta su muerte.
Tras la vuelta del emperador de su encierro en la isla de Elba, dio inicio el periodo conocido como los «Cien Días», en que hubo de enfrentarse a una nueva alianza de potencias europeas opuestas a él: la Séptima Coalición. Para confrontarlas, Napoleón decidió invadir lo que entonces se conocía como los Países Bajos, lugar de reunión de las tropas de la coalición. La breve campaña militar resultante —duró solo cinco días— significó el final definitivo de las guerras napoleónicas.
Además de la batalla de Waterloo propiamente dicha, forman parte de la campaña de Waterloo todos los combates entablados desde los primeros encuentros entre las tropas francesas con los destacamentos prusianos el 15 de junio hasta la retirada final del ejército francés el día 18, en particular las batallas de Ligny y Quatre Bras (celebradas a la vez el 16 de junio), y Wavre (celebrada simultáneamente a la Waterloo el 18 de junio).
Waterloo es tal vez la batalla sobre la que más se ha escrito y estudiado, y la que más ha generado controversias, desinformaciones y revisiones a través del tiempo. Determinó el fin de la era de la Revolución francesa, de cuyos ideales el imperio napoleónico fue el gran difusor a los demás países europeos, cimentando, pese a la derrota militar, las bases de igualdad y meritocracia que permean la posterior historia europea a lo largo del siglo XIX.