En la Edad Media, el término bezante o besante (del antiguo francés besant, del latín bizantius aureus) se usó en Europa occidental para describir varias monedas de oro del este, todas derivadas en última instancia del solidus romano. La palabra proviene del griego Βυζάντιον (Byzántion), antiguo nombre de Constantinopla, la capital del Imperio bizantino
Los "bezantes" originales fueron las monedas de oro producidas por el gobierno del Imperio Bizantino, primero el nomisma y desde el siglo XI el hiperpirón. Posteriormente se refiere a los dinares de oro producidos por los gobiernos islámicos. A su vez, las monedas de oro acuñadas en el Reino de Jerusalén y el Condado de Trípoli se denominaron "bezantes sarracenos", ya que se modelaron según el dinar de oro. Se llamaba “bezante blanco” a la moneda acuñada con electro en el Reino de Chipre basada en la tráquea bizantina.[1]
El término "bezante" en referencia a las monedas es común en las fuentes desde los siglos X al XIII. A partir de entonces, se emplea principalmente como unidad de cuenta y en contextos literarios y heráldicos.[2]:3