La catapulta [1] es un instrumento bélico que se utilizó sobre todo durante la antigüedad y el medievo para el lanzamiento a distancia de objetos relativamente grandes y contundentes a modo de proyectiles. Fue inventada probablemente por los ingenieros de Dionisio I de Siracusa, aproximadamente en 400 a. C. y posteriormente mejorada por cartagineses y romanos, y fue muy empleada durante la Edad Media, hasta que, con la introducción de la pólvora, se tornó obsoleta (su empleo hoy en día es inusual mas no inexistente).
Este artilugio fue creado principalmente para derribar murallas enemigas y tomar por asalto los castillos. Las primeras catapultas se empleaban lejos de donde se construían, lo que obligó a los creadores e ingenieros a trabajar en su forma, peso, tamaño, diseño y movilidad, pues eran armas necesarias en los grandes combates. De esta forma se logró obtener una catapulta más fácil de manejar y trasladar, que podía participar en las batallas.
También se conoce a estos aparatos con el nombre latino velopoietica. Los modelos más grandes estaban montados sobre fuertes plataformas de madera; el gatillo o impulsor de este tipo de ballesta se tensaba mediante cuerdas hasta quedar sujeto con un gancho. Otro tipo de catapulta aplicaba el principio de torsión para lanzar piedras u objetos pesados sobre murallas y fosos: unas cuerdas enrolladas con tornos para echar hacia atrás el mecanismo impulsor. También se utilizaban catapultas más pequeñas, que eran portátiles. Véase Fortificaciones.
Las catapultas más primitivas disponían de un brazo con forma de cuchara en el extremo para situar y lanzar el proyectil, pero las últimas versiones antes de que el uso generalizado de la pólvora las dejara obsoletas usaban una honda para lanzar el proyectil.
El tipo más eficaz de catapulta era el trabuquete o almajaneque, que funcionaba mediante la fuerza de la gravedad. Un contrapeso se izaba mediante unas cuerdas, y una vez situado el proyectil, se soltaban las cuerdas y el contrapeso, más pesado que dicho proyectil, lo lanzaba.
Las primeras catapultas fueron en forma de una enorme resortera u honda planeada por Alejandro Magno y sus ingenieros para poder derribar las murallas del imperio aqueménida. Los griegos tenían una enorme honda que lanzaba grandes flechas por medio de cuerdas elásticas. Luego ese modelo fue modificado para lograr lanzar piedras usando la energía de cuerdas elásticas más la energía de otras cuerdas de tensión.