La ciencia (del latín scientĭa, 'conocimiento') es un conjunto de conocimientos sistemáticos comprobables que estudian, explican y predicen los fenómenos sociales, artificiales y naturales.[1] El conocimiento científico se obtiene de manera metodológica mediante observación y experimentación en campos de estudio específicos. Dicho conocimiento se organiza y se clasifica sobre la base de principios explicativos, ya sean de forma teórica o práctica. A partir del razonamiento lógico y el análisis objetivo de la evidencia científica se formulan preguntas de investigación e hipótesis, se deducen principios y leyes, y se construyen modelos, teorías y sistemas de conocimientos por medio del método científico.[2]
Las ramas de la ciencia moderna típicamente se dividen en tres grandes grupos, las ciencias naturales como la física, la química y la biología; las ciencias sociales como la antropología, la economía y el derecho; y las ciencias formales como la lógica y las matemáticas, aunque este último se suele considerar como un grupo aparte ya que se basa más en axiomas que en la experimentación y observación. También se suele agrupar a las ciencias aplicadas como la medicina y la ingeniería en otro grupo ya que se basan en los conocimientos obtenidos por las ciencias básicas para la aplicación práctica de los mismos.
En términos más coloquiales, la ciencia también se suele dividir en ciencias duras y blandas, las primeras consideran y tienen como fundamento la observación experimental y le dan preferencia a la investigación cuantitativa, es decir, datos numéricos y medibles, características fundamentales de las ciencias naturales, mientras que las blandas tienden a considerar más la observación participante y los datos provenientes de la investigación cualitativa, esto es, datos no numéricos ni cuantificables, una característica propia de la metodología de las ciencias sociales y humanidades.
En las ciencias experimentales, los descubrimientos científicos se organizan por medio de métodos, modelos y teorías con el fin de generar nuevos conocimientos e investigaciones. Para llevarlas a cabo se establecen previamente unos criterios de verdad, metodologías, un marco conceptual o teórico y un protocolo de investigación. La aplicación de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de nuevos conocimientos en forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a observaciones pasadas, presentes y futuras. Con frecuencia esas predicciones se pueden formular mediante razonamientos y estructurar como reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.
Desde la revolución científica, el conocimiento científico ha aumentado tanto que los científicos se han vuelto especialistas y sus publicaciones se han vuelto muy difíciles de leer para los no especialistas.[3] Esto ha dado lugar a diversos esfuerzos de divulgación científica, tanto para acercar la ciencia al gran público, como para facilitar la compresión y colaboración entre científicos de distintos campos.[3]