Ciencia dura y ciencia blanda son términos construidos de forma un tanto coloquial, no utilizados institucionalmente por su carácter problemático (no existen facultades ni licenciaturas de ciencias duras o de ciencias blandas), pero de uso epistemológico muy extendido para comparar campos de investigación científica o académica, designando como duros los que se quieren marcar como más científicos en el sentido de rigurosos y exactos, más capaces de producir predicciones y caracterizados como experimentales, empíricos, cuantificables y basados en datos y un método científico enfocado a la objetividad;[1] mientras que los designados como blandos quedan marcados con los rasgos opuestos.
Diferentes aproximaciones al método científico pueden distinguirse por cómo consideran la diferencia entre los términos ciencia dura y ciencia blanda. Este es un asunto clave para la filosofía de la ciencia, que no siempre permite la posibilidad de marcar una diferencia clara entre ambos términos; y para los science studies y la sociología de la ciencia, que estudia las percepciones implícitas de la investigación y metodología.[2]
Las ciencias naturales y las ciencias físicas se suelen incluir en el campo de las duras, mientras que las ciencias sociales o ciencias humanas se suelen incluir en el campo de las blandas,[3] cuando no se niega directamente su condición científica, no necesariamente de forma peyorativa[4] (como ocurre cuando un colega o rival denuncia a un científico del propio campo por ser poco riguroso, o cuando un científico procedente de un campo denuncia la escasa condición científica de un campo diferente al suyo), sino muy habitualmente como fruto de una diferente valoración o consideración, que a menudo surge de entre algunos de los propios cultivadores de un campo concreto de conocimiento que no son partidarios de considerar científica su actividad (por considerar tal cosa limitante o inadecuada) considerando más adecuado incluirla en el concepto de humanidades opuesto al de ciencias (véase Historia#Historia como ciencia). La oposición de ciencias y letras es el aspecto más visible del denominado debate de las dos culturas.
No conviene confundir el término ciencia blanda con el pensamiento débil, concepto filosófico ligado a la denominada posmodernidad.