Los cilios o cilias[1] (Et: del latín cilĭum, ceja, o tal vez del legítimo griego κυλίς, kilis, párpado o pestaña)[2] son unos orgánulos celulares envueltos por el citosol y la membrana plasmática, que se presentan como apéndices cortos con aspecto de pestaña. Contienen una estructura central altamente ordenada constituida por más de 250 proteínas diferentes.[3]
Las proteínas relacionadas con la función ciliar son llamadas por algunos con el término cilioma y ha sido calculado en ~680 proteínas.[4] Principalmente se trata de microtúbulos con sus proteínas asociadas, que forman la estructura central llamada el axonema de la cilia.[5][6]
Los cilios móviles son numerosos en ciertos tipos de células, forman parte de los epitelios como en el aparato respiratorio.
Los cilios primarios son inmóviles, son únicos en la célula y se encuentran en la gran mayoría de los tipos celulares, como mecanosensores o quimiosensores. En los vertebrados, prácticamente todos los tipos celulares tienen cilios primarios como los osteocitos, las células beta, las células del túbulo renal, los fibroblastos y las neuronas, o proceden de células que los tuvieron durante su desarrollo embrionario.
Las mutaciones en genes de proteínas ciliares o proteínas presentes en la base del cilio o cerca de ella conducen a trastornos (patologías) denominadas "ciliopatías", como la enfermedad poliquística renal, y también a algunos procesos de carcinogénesis.
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