La denominación de villas o ciudades imperiales de Marruecos (en árabe, عواصم المغرب التاريخية; en francés, villes impériales du Maroc) hace referencia a las cuatro capitales que históricamente ha tenido el reino alauita a lo largo de su historia: Fez, Marrakesh, Mequinez y Rabat.
Cada vez que un soberano magrebí elegía una de éstas como residencia oficial, trasladaba hasta allí a toda su corte, llenándola de monumentos y de prestigio.[1] En la actualidad, Marruecos es una monarquía constitucionalista, por la que el Rey continúa de facto siendo el soberano, pero en ocasiones el texto supremo le priva de dicha soberanía, reservándola a la nación.[2] Por lo tanto, no es una monarquía parlamentaria como España. No obstante, desde la Constitución de 2011, el nombramiento del Primer Ministro (Jefe de Gobierno) ya no depende del Rey (Jefe del Estado). Las cuatro ciudades fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad: la ciudad histórica de Mequinez (en 1996), la medina de Fez (1981), la medina de Marrakesh (1985) y la ciudad de Rabat (2012).