Los cruceros de batalla fueron los mayores buques de guerra durante la primera mitad del siglo XX desde que fueron desarrollados por la Royal Navy británica. Los cruceros de batalla fueron desarrollados como los sucesores de los cruceros acorazados, pero su evolución estuvo estrechamente ligada a la de los acorazados tipo dreadnought. El primero de estos buques, el Invincible, estuvo designado originalmente como "crucero dreadnought".
Los cruceros de batalla compartían con los acorazados el mismo armamento principal de grueso calibre, y eran generalmente, tan grandes y costosos como los acorazados de la misma generación. Cambiaban blindaje o potencia de fuego por velocidad, la cual era posible gracias a la potencia de sus máquinas y a la esbeltez de sus cascos. Los primeros cruceros de batalla, portaban un blindaje notablemente menor que los acorazados equivalentes, lo que implicaba, que al contrario que estos, no estaban diseñados para resistir impactos del calibre que ellos mismos portaban. Estos buques eran capaces de infligir un daño mucho mayor del que eran capaces de absorber.
La relación entre el crucero de batalla y el acorazado nunca estuvo totalmente clara. La invención del crucero de batalla por parte de la Royal Navy fue conducida por el almirante Sir John Arbuthnot Fisher,[1] que los concibió como un nuevo y revolucionario tipo de crucero acorazado el cual, podría reemplazar al acorazado como principal arma británica de combate en el mar. La idea de Fisher, se centraba en que los cruceros serían los responsables de la defensa imperial, dentro de una red de información del almirantazgo para destruir a los buques más débiles, y apresar a los buques mercantes enemigos en aguas internacionales, mientras que para los buques de guerra más poderosos, aprovecharían sus cañones de mayor alcance.
No obstante, el acorazado continuó dominando la guerra naval durante la Primera Guerra Mundial, y el crucero de batalla fue utilizado principalmente para proporcionar velocidad y potencia de disparo en apoyo a las flotas de acorazados. Los cruceros de batalla formaban parte de las armadas Británica, alemana y Japonesa durante la primera guerra mundial, en la que tomaron parte en batallas entre las flotas británica y germana, incluida la Batalla de Jutlandia. Al final de la guerra había muy pocas diferencias entre los diseños de los cruceros de batalla y los acorazados rápidos. Británicos, Japoneses y estadounidenses diseñaron cruceros de batalla al final de la primera guerra mundial, los cuales estaban tan blindados como los acorazados y, aunque eran rápidos, no estaban tan armados como sus predecesores. El Tratado naval de Washington, de 1922, que limitaba la construcción de buques capitales, trataba por igual a los acorazados y los cruceros de batalla, por lo que la nueva generación de cruceros de batalla en construcción, fue desguazada o convertida en portaaviones bajo los términos del tratado.
Desde los años 30, únicamente la Royal Navy continuó usando la denominación crucero de batalla en sus buques.[2] Sin embargo, los buques capitales rápidos desarrollados por Alemania y Francia, las clases Scharnhorst y Dunkerque fueron y son en ocasiones catalogados como cruceros de batalla. Estos buques estaban tan bien blindados como muchos acorazados, pero portaban un armamento de menor calibre.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los cruceros de batalla, volvieron a participar en combate. No obstante, no se comenzaron nuevos cruceros de batalla durante la guerra, y la construcción de acorazados, se paralizó, para proporcionar los recursos necesarios para la construcción de nuevos aviones y portaaviones. Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, no se ha iniciado la construcción de ningún crucero de batalla, aunque en ocasiones, algunos buques han sido descritos como cruceros de batalla como la Clase Kírov.