Cruz de Alcoraz es el nombre con que se denomina al emblema heráldico constituido por la Cruz de San Jorge cantonado de cuatro cabezas de moro. Estas armas aparecieron por vez primera en una bula de plomo de 1281 de Pedro III de Aragón, probablemente como escudo personal alusivo al espíritu de cruzada.[1] Aparece en el tercer cuartel del actual escudo de Aragón.
Tradicionalmente el emblema ha sido asociado con la Batalla de Alcoraz, según interpretaciones de su origen surgidas en el siglo XIV, que lo vinculaban con la intervención milagrosa de San Jorge en la conquista cristiana de Huesca. En algunas representaciones aragonesas aparecen variantes a lo largo de la Edad Media y Moderna, como la disposición a siniestra de las cabezas primera y tercera (enfrentándolas simétricamente a las segunda y cuarta) o convertir a los adalides moros en reyes, añadiendo respectivas coronas abiertas.
Este blasón heráldico es uno de los que se atribuyeron privativamente al Reino de Aragón a partir de mediados del siglo XV, y fue asumido como enseña territorial de Cerdeña desde la segunda mitad del siglo XV, quizá a finales, cuando la isla formaba parte de la Corona de Aragón.[2]
La adjudicación del escudo cuartelado con cuatro cabezas de moro al reino de Cerdeña, trae nuevas complicaciones. De acuerdo con las investigaciones de Luisa D’Arienzo, queda claro que desde mitad, o por lo menos finales del s. XV, Cerdeña adopta como escudo unas armas muy similares a las de Aragón, con la diferencia de que las cabezas de moro van vendadas en lugar de ir descubiertas o coronadas y que en representaciones aragonesas de los siglos XVI y XVII se convierten, para no entrar en conflicto con los moros aragoneses, en una especie de media luna. Cierto que aparecen en el armorial de Gelre, compilado a fines del s. XIV (Gelre muere en 1415), pero para D’Arienzo son una aportación posterior a la de la fecha de compilación, aportación que sitúa en no antes de la segunda mitad del siglo XV. Para Fluvià, representa un error del compilador.Rafael Conde, art. cit., Emblemata, XI (2005), pág. 77.