Serbia es un país europeo con gran diversidad cultural, merced a la existencia de fronteras entre grandes imperios, que pasaron por el territorio de la Serbia actual durante largos períodos históricos: entre el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente, primero, y entre el Imperio otomano y el Imperio austrohúngaro, después. Como resultado, mientras que el norte es culturalmente centroeuropeo, el sur es más bien oriental. Por supuesto, ambas regiones han recibido influencias mutuas, por lo que en cualquier caso la distinción entre el norte y el sur es puramente artificial.[1][2]
La influencia del Imperio bizantino en Serbia fue quizás la más importante. Los serbios en su gran mayoría son cristianos ortodoxos, católicos, y poseen su propia Iglesia nacional (la Iglesia Ortodoxa Serbia). Utilizan, asimismo, el alfabeto cirílico, si bien en el último siglo la utilización del alfabeto latino ha crecido considerablemente. Los monasterios de Serbia, construidos durante la Edad Media, son algunas de las pruebas más visibles de la asociación medieval de Serbia con Bizancio.[3][4]