La locución demencia senil se usaba antiguamente para nombrar a una patología actualmente conocida como trastorno neurocognitivo mayor. Es el nombre dado en español a un síndrome que se caracteriza por el deterioro de las capacidades psíquicas de la persona afectada, especialmente las capacidades cognitivas.[1]
El nombre clínico de «demencia» proviene del latín demens-dementatus, literalmente «fuera de la mente de uno».[1]
Por su parte, «senil» es un adjetivo que alude a la senectud o ancianidad, aunque existe evidencia de una minoría de cuadros de demencia a edades relativamente tempranas.[2] El proceso de la senilidad entendido como una condición inevitable en la vejez se rechaza y, desde ese momento, los ancianos seniles dejan de ser lo que eran y se convierten en enfermos.[1]