El dialecto murciano o variedad murciana se refiere a los dialectos o variedades lingüísticas del castellano habladas históricamente en la Región de Murcia, o más exactamente la región natural y cultural que es comprendida a grandes rasgos por la cuenca del río Segura y el antiguo Reino de Murcia, ubicada en el sureste de la península ibérica. Su área de expansión llegaría a comprender la totalidad de la actual Región de Murcia, las comarcas alicantinas de la Vega Baja del Segura, la comarca del Alto Vinalopó y las localidades de Elda y Monforte del Cid, en el Medio Vinalopó; en la provincia de Albacete las comarcas de Campos de Hellín, parte de la Sierra del Segura y el Corredor de Almansa, la zona más oriental de la provincia de Jaén, el noreste de la Provincia de Granada así como también parte de la provincia de Almería (Comarca de los Vélez y Almanzora).
Actualmente el murciano se considera uno de los dialectos del castellano englobado en la subcategoría castellano meridional. Las modalidades lingüísticas con las que el murciano presenta mayor similitud, juzgando desde su caudal lingüístico, son el andaluz oriental y el extremeño por una parte, y el idioma aragonés e, incluso, la sub-variante del catalán denominada valenciano alicantino, lo que la haría derivada de dos idiomas diferentes: castellano y catalán. Históricamente fue considerado un habla de transición entre el castellano meridional y las hablas aragonesas. El murciano posee una tradición literaria que se remonta como mínimo al siglo XIX, con autores como Vicente Medina, José Martínez Tornel o Frutos Baeza.
No debe confundirse el dialecto murciano con el panocho, variante comarcal hablada principalmente en la Huerta de Murcia.