Pelayo | ||
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Príncipe de los Astures | ||
Don Pelayo, rey de Asturias, obra de Luis de Madrazo y Kuntz | ||
Reinado | ||
718-737 | ||
Sucesor | Favila | |
Información personal | ||
Nacimiento | Desconocido | |
Fallecimiento |
737 Cangas de Onís (Asturias) | |
Sepultura | Santa Cueva de Covadonga | |
Religión | Católica | |
Familia | ||
Casa real | Astur-leonesa | |
Padre | ? | |
Consorte | Gaudiosa | |
Hijos | Véase Matrimonio y descendencia | |
Pelayo o Pelagio (en latín, Pelagius; en árabe, Belai al-Rumi),[a] nombrado frecuentemente como don Pelayo (f. 737 en Cangas de Onís), es considerado el primer monarca del reino de Asturias, que rigió durante 19 años. Su origen, que ha sido discutido en las últimas décadas por una serie de investigadores, pudo ser visigodo, astur o hispanorromano. La historiografía internacional se decanta por la procedencia visigoda,[1] aunque la más moderna historiografía lo considera de origen astur-romano.[2][3][4][5][6][7][8][9][10][11]
El testamento de Alfonso III, del año 869,[12] en que el rey Magno dona al presbítero Sisnando la iglesia de Santa María de Tenciana (Tiñana, Siero) que su tío Alfonso el Casto había ganado de las propiedades pertenecientes a su bisabuelo Pelayo, vincula territorialmente a Pelayo con el área central de Asturias, aunque sin aportar datos sobre su lugar de origen.
Frenó la expansión de los musulmanes hacia el norte, comenzó la Reconquista y se le ha considerado tradicionalmente como el fundador del reino de Asturias, aunque recientes investigaciones arqueológicas sugieren que podría haberlo hecho sobre una organización política local previa.[13][b] En las fuentes árabes Pelayo es calificado a veces como godo, y nombrado como Belai al-Rumi: «Pelayo el Romano».
La tradición sitúa a Don Pelayo el año 712 en el Castillo de Tedeja junto a quien se convertirá en su consuegro, Don Pedro duque de Cantabria. Javier Iglesia Aparicio cita en un artículo que el benedictino del siglo XVII Gregorio de Argaiz, explicaba que los refugiados godos del duque Pedro se replegarían a Tetelia, (Castillo de Tedeja, junto a la actual Trespaderne), tras la caída de Amaya frente a los árabes. Cerrando el desfiladero de la Horadada que salvaguardaba el valle de Tobalina y la costa, algo así como “el último bastión” frente al invasor. En la huida desde Toledo, los espatarios supervivientes de la batalla de Guadalete, trasladarían el panteón real de los reyes godos hasta la cercana y desaparecida ermita de Santa María de los Reyes Godos[15] junto a la orilla norte del Ebro, protegida por el Castillo de Tedeja. El 9 de agosto del año 726, Don Pedro y Don Pelayo volverían a derrotar a un ejército musulmán, a sólo tres kilómetros de distancia del castillo de Tedeja, pero esta vez dando un paso en la reconquista, en la orilla sur del Ebro, en la Batalla del Negro Día, junto al lugar en cuya conmemoración se construyó la sencilla ermita de Encinillas.[16][17]
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