Una duna o médano es una acumulación de arena en los desiertos o el litoral, generada por el viento, por lo que las dunas poseen unas capas suaves y uniformes. Pueden ser producidas por cambios en el viento o por variaciones en la cantidad de arena. La granulometría de la arena que forma las dunas, también llamada arena eólica, está muy concentrada en torno a 0,2 mm de diámetro de sus partículas. Un gran complejo de dunas se denomina campo de dunas,[1] mientras que las regiones amplias y llanas cubiertas de arena barrida por el viento o dunas con poca o ninguna vegetación se denominan mares de arena. [2][3][4] Las dunas tienen diferentes formas y tamaños, pero la mayoría son más largas en el lado stoss (ascendente), donde la arena es empujada hacia arriba, y tienen una cara de deslizamiento más corta en el lado de sotavento.[5] El valle o depresión entre dunas se denomina depresión dunar.[6]
Cuando el viento tiene una dirección dominante, las dunas adquieren la forma de una C con la parte convexa en contra del viento dominante. Estas dunas generalmente «avanzan», «se mueven», empujadas por el viento, aunque en realidad están destruyéndose, erosionándose, por una cara, la de barlovento, y recreándose por la contraria, la de sotavento, aparentando un desplazamiento conjunto del volumen de arena. La velocidad de avance de las dunas es inversamente proporcional a su tamaño, así, las dunas más pequeñas alcanzan a las mayores, con las que se van fusionando y aumentando de tamaño. Cuando la duna alcanza un tamaño significativo, más de 4 a 6 m, comienza a desprenderse mayor cantidad de material por las dos puntas de la C, dando origen a nuevas dunas pequeñas, las que al ser más veloces que las grandes, se van alejando de la duna madre. Este fenómeno de movimiento de dunas, se observa con mucha claridad en el desierto de Sechura, en el norte de Perú.
El desplazamiento de las dunas puede causar serios problemas, como: la invasión de terrenos cultivados, obstrucción y ocultación de carreteras y vías de comunicación, invasión de áreas pobladas. Para evitar estos problemas existen varios procedimientos para limitar el avance de las dunas, entre ellos; sembrar plantas que requieren poca agua para subsistir, retirada de la humedad atmosférica; rociar en la parte convexa de la duna materiales aglutinantes, como puede ser petróleo, o aceites industriales usados.
Las arenas, suaves y secas provienen de la erosión de la acción constante del viento sobre las rocas que con el tiempo son partidas en pedazos muy pequeños convirtiéndolas en arenilla y esta, al desplazarse por la continua acción del viento, se va acumulando en parvas, convirtiéndose poco a poco a dunas[7] que continuamente cambian de forma ya que están en continuo movimiento. Por ello también los médanos han recibido el nombre de arenas nómadas.[8]
Cuando en extensas regiones se forman dunas de arena se habla de mares de arena o campos de dunas, denominados mar de dunas. Son especialmente visibles en el desierto del Sahara.
Algunas zonas costeras tienen uno o más conjuntos de dunas que discurren paralelas a la línea de costa directamente tierra adentro desde la playa. En la mayoría de los casos, las dunas son importantes para proteger la tierra frente a los posibles estragos de las olas de las tormentas procedentes del mar.[9] En ocasiones se construyen dunas artificiales para proteger las zonas costeras. [10][11] La acción dinámica del viento y el agua puede provocar a veces la deriva de las dunas, lo que puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, la ciudad de Eucla, Australia Occidental, tuvo que ser reubicada en la década de 1890 debido a la deriva de las dunas.[12].
La palabra moderna "duna" llegó al inglés procedente del francés alrededor de 1790,[13] que a su vez procedía del neerlandés medio dūne.[14]
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