Enrique Alfredo Olaya Herrera (Guateque, 12 de noviembre de 1880-Roma, 18 de febrero de 1937) fue un periodista, abogado, diplomático y político colombiano. Fue presidente de Colombia entre el 7 de agosto de 1930 y el 7 de agosto de 1934.[3]Miembro del Partido Liberal Colombiano.
Fue el primer liberal en ocupar el cargo luego de la hegemonía conservadora en el poder, periodo conocido como la Hegemonía Conservadora. Olaya Herrera llegó a la presidencia en representación de una coalición bipartidista conocida como Concentración Nacional. Pertenecía a una familia liberal y como tal participó en la Guerra de los Mil Días.
Su gobierno entre 1930 y 1934 tuvo que manejar el problema económico que llevó al país al derrumbamiento de capitales, después de la Gran Depresión de 1929, que fue mundial y tuvo repercusiones en Colombia. Olaya inició en la década del treinta el ciclo del proteccionismo nacional, con el cual se fomentó el desarrollo de la industria colombiana con capitales nacionales, para hacer de ella la base de los estímulos desarrollistas.[4] Enfrentó la Guerra colombo-peruana.
Se imprimió un desarrollo hacia adentro, con fundamento en el mercado nacional y la expansión de la demanda interna. Se presentó un descenso en las importaciones y un estímulo a la industria nacional. Los precios del café en el mercado internacional descendieron, y se suspendieron repentinamente los capitales extranjeros en Colombia, los cuales se llevaron de nuevo al exterior.
Fue tres veces ministro de relaciones exteriores; uno para el gobierno de coalición republicana previo a la Primera Guerra Mundial, otro para el gobierno conservador después de la guerra, y otro para el gobierno de Alfonso López Pumarejo que lo sucedió.
También fue embajador en los Estados Unidos por ocho años, siendo clave en el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, luego de la independencia de Panamá de Colombia. Sus buenas relaciones con los norteamericanos fueron claves en su política exterior cuando gobernó el país.
Después fue designado embajador ante la Santa Sede en Roma, donde murió, el 18 de febrero de 1937, en el desempeño de este cargo. Trasladados sus restos a Bogotá, recibieron emocionados honores a su memoria.
Como exponente destacado de la generación del Centenario, Olaya Herrera legó a los colombianos su espíritu conciliador y de unidad republicana, cuya proyección encontramos en las tendencias de unión entre los partidos políticos.