El budismo no está organizado con una jerarquía vertical. No existe una iglesia o alguna especie de patriarca o papa como por ejemplo ocurre en el catolicismo. La autoridad religiosa descansa primeramente en los textos sagrados, especialmente en los Sutras o sermones de Buda Gautama. En su interpretación se otorga cierta autoridad a maestros y personajes importantes que los comentan y analizan a lo largo de la historia.
La comunidad monástica se organiza históricamente por líneas de transmisión en el tiempo, en donde las cadenas de relaciones entre maestros y discípulos son centrales, especialmente en el budismo theravada. Los laicos tienen distinto papel dependiendo de los dos grandes movimientos, theravada y majaiana. En el budismo majaiana, los laicos han ocupado a menudo un lugar tan importante como los monjes en esa autoridad religiosa, mientras que en el theravada tradicionalmente han quedado relegados a un segundo plano. Recientemente se está reformando este papel en numerosos países con este tipo de budismo.
Esta organización religiosa totalmente descentralizada ha permitido por tanto una enorme flexibilidad de puntos de vista, variaciones y enfoques. A menudo incluso se habla de "tipos de budismo". No obstante, todas la variantes de budismo se unen en el tiempo en puntos de partida comunes doctrinales e históricos.
Aparte de tener presente los dos grandes movimientos del budismo, no existe una manera consensuada de agrupar los enfoques teóricos y prácticos. Se puede hacer geográficamente, culturalmente, doctrinalmente, etc. En Occidente se hace según lo que aparece como distintivo. La clasificación que sigue es la típica que se hace en cualquier país occidental, en donde se mezclan diversas categorizaciones pero que finalmente resulta ser la más práctica atendiendo al budismo presente por aquí.