Las escuelas italianas de pintura son las escuelas artísticas que la historiografía ha definido entre los maestros de la pintura italiana, agrupándolos por las ciudades donde realizaron su aprendizaje, establecieron sus talleres y transmitieron a su vez a sus discípulos sus técnicas y estilo, manteniendo características reconocibles a lo largo de las generaciones, que se percibe como una personalidad local. No son movimientos artísticos en sí mismos, ya que estos se van sucediendo unos tras otros (gótico, renacimiento, barroco, etc., así como los periodos en que cada uno se divide) mientras que las escuelas tienen mayor permanencia en el tiempo. No obstante, era habitual que los artistas pasaran de una ciudad a otra, estableciendo mutuas influencias. A veces la expresión se utiliza en singular (escuela italiana de pintura), especialmente para oponer o comparar a los maestros italianos a los de otras nacionalidades (escuela flamenca, por ejemplo). También es habitual utilizar la expresión primitivos italianos para referirse a los pintores de finales de la Edad Media (Gótico italiano, Duecento o siglo XIII, Trecento o siglo XIV) y el Primer Renacimiento (Quattrocento o siglo XV), aunque estrictamente esa expresión se acuñó para designar a la época de Giotto.[1]