Escultura en bronce

Atleta victorioso o atleta de Fano (ca. 310 a. C.), uno de los escasos bronces griegos antiguos preservados en el fondo del mar.
Cabeza femenina de un bronce de Benín.
Puertas de bronce del Baptisterio de Florencia, de Lorenzo Ghiberti, 1401-1422.

La escultura en bronce es la forma típica de la escultura en soporte metálico desde el arte antiguo. A las piezas escultóricas de este material se las denomina simplemente "bronces".

Las particulares condiciones del bronce, una aleación de cobre y estaño de gran dureza y ductilidad, que tiene una mínima expansión y contracción al fundirse y solidificarse, le hace especialmente adecuado para la realización del procedimiento de la cera perdida, tanto para pequeñas estatuillas macizas como para grandes esculturas (habitualmente realizadas en varias piezas, lo que permite un gran dinamismo)[1]​ en las que el material puede ser de una gran finura, de pocos milímetros, que se separa fácilmente del molde.[2]​ Previamente, el escultor ha modelado la pieza en un material moldeable que permita la confección sobre él del molde de material refractario en el que se vierte la colada o fundición de bronce. Esa puede ser tarea de otro profesional, el fundidor, un artesano especializado que también fabrica otro tipo de objetos de bronce, como las armas (espadas en la Edad del Bronce, cañones en la Edad Moderna) o las campanas realizadas por los campaneros desde la Edad Media. Otra técnica predilecta para la realización de esculturas de bronce es la fundición a la arena, que consiste en el vaciado del metal líquido en la impresión dejada por el modelo sobre una cama de arena. La arena se aglomera con arcilla (bentonita) que le otorga la plasticidad suficiente para realizar el trabajo.

El valor intrínseco del material y su posibilidad de reciclado (a diferencia de los materiales de la escultura tallada -piedra o madera-) han sido históricamente una desventaja para la preservación de las esculturas de bronce de la Antigüedad, que en su mayor parte se han fundido para fines utilitarios (sobre todo para armamento), conservándose muy pocas (con lo que cobra un especial valor las recuperadas por la arqueología submarina de antiguos naufragios). Incluso algunas de las contemporáneas son robadas y fundidas.[3]

  1. Caleb Hornbostel, Construction Materials: Types, Uses and Applications, Second Edition (New York: John Wiley & Sons, 1991) p. 175.
  2. Savage, George, ‘’A Concise History of Bronzes’’, Frederick A. Praeger, Inc. Publishers, New York, 1968 p. 17
  3. «Copia archivada». Archivado desde el original el 24 de marzo de 2012. Consultado el 19 de mayo de 2011.