El término formalismo ruso designa un movimiento intelectual que marca el nacimiento de la teoría literaria y de la crítica literaria como disciplinas autónomas y que también tuvo su influencia en la evolución de los estudios lingüísticos.[1] Esta etapa literaria tiene lugar entre 1904 y 1928 teniendo tras de sí, un papel fundamental los sucesos históricos (bélicos en su totalidad) que acontecían por aquel entonces. Desde un primer momento el término formalismo ruso engloba un conjunto de estudios y teorías que distan de ser homogéneas, pero que tienen en común el tratamiento de la literatura con base en un objeto de estudio: la «literariedad», que en otras palabras, comprendería el conjunto de características necesarias para poder distinguir si un texto es literario o no. Al definir esa propiedad, el formalismo buscó conferir un estatuto científico al estudio de la literatura. El origen de este movimiento se genera con la creación del Círculo lingüístico de Moscú en 1915 y la Sociedad para el Estudio del Lenguaje Poético, OPOYAZ, en 1916.
De manera más precisa, este movimiento nació durante la Primera Guerra Mundial en la Rusia prerrevolucionaria.[1] Fue una época que, como no podía ser de otra manera, establecía un estado de enfrentamiento y polémica constante (llegando a su pico más alto con la Revolución de Octubre de 1917).
Entre los principales investigadores del movimiento figuran Víktor Shklovski –considerado el padre del formalismo–, Borís Tomashevski, Yuri Tyniánov, Borís Eichenbaum, Vladímir Propp y Román Jakobson. Algunos de ellos debieron emigrar a causa de las presiones del gobierno soviético y en su exilio, influyeron en el desarrollo de nuevos paradigmas de la teoría literaria y de lingüística como la Escuela de Praga o el estructuralismo.
Dentro del formalismo ruso, destacan 3 etapas las cuales denominan el estilo literario por el que se decantará dicho movimiento. En la primera etapa (1916-1920) predomina, primeramente, el rechazo hacia la historia de la literatura tradicional, del subjetivismo y del lenguaje poético per se. Con esto último, se introduce el conocido desvío literario por el cual se abandona el lenguaje estándar o característico de las obras literarias (dependientemente de su género) y se impone un estilo que crea una sensación de extrañamiento en el lector ya que, como se ha mencionado, sale del lenguaje común. Esta técnica era muy usada por Víktor Shklovski y Jan Mukařovský.
En la segunda etapa (1921-1926), se genera un debate entre las sociedades que desarrollaron este movimiento: mientras que la OPOYAZ constata que la lengua y literatura son diferentes, el Círculo Lingüístico se opone diciendo que ambas son complementarias ya que la literatura es parte de la lingüística. A pesar de ello, ambas llegan a un punto de conexión, y es que ambas rechazan el historicismo. La última etapa del formalismo (1926-1928) se definiría como la decadencia de la literatura y la realidad. Además, la literatura, gracias a Shklovski, empieza a tener ámbitos sociológicos. Con todo ello y marcandose así el final de este movimiento, en 1925, se creó la Asociación Rusa de Escritores Proletarios (RAPP).