Presidente de la República del Perú | ||
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(1990–2000) | ||
Alberto Fujimori | ||
Gobierno del Perú | ||
Presidente | Alberto Fujimori Inomoto | |
Período | ||
Inicio | 28 de julio de 1990 | |
Término | 21 de noviembre de 2000 | |
Cronología | ||
Predecesor | Alan García Pérez | |
Sucesor | Valentín Paniagua Corazao | |
El gobierno de Alberto Fujimori, comúnmente conocido como el «fujimorato», ocupa un periodo distintivo de la historia republicana de Perú. Abarcando más de una década, desde el 28 de julio de 1990 hasta el 21 de noviembre de 2000, el mandato de Fujimori se dividió en tres etapas sucesivas mediante reelecciones inmediatas. Esta duración de 10 años y 116 días le otorga la distinción de ser el segundo mandato presidencial consecutivo más largo de la historia republicana, sólo superado por el oncenio de Augusto Leguía.
Aunque el título formal de la presidencia lo ostentaba Alberto Fujimori, desde el principio prevaleció bajo la superficie una estructura de poder alternativa. Vladimiro Montesinos, con el apoyo de las Fuerzas Armadas peruanas,[1] fue el poder detrás del trono,[2] relegando a Fujimori a una figura decorativa.[3] Esta dinámica de poder cívico-militar se hizo más patente tras el autogolpe de 1992.
Una de las características del régimen de Fujimori fue la aplicación del Plan Verde de las Fuerzas Armadas peruanas. Esta medida estratégica implicaba políticas como la esterilización forzosa de las poblaciones empobrecidas e indígenas peruanas (a través del Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar). Al mismo tiempo, el gobierno también ejerció el control o la censura sobre los medios de comunicación e instauró una economía neoliberal con esas políticas descritas como el «consenso de Lima».
La presidencia de Alberto Fujimori terminó en noviembre de 2000. La corrupción generalizada, el tráfico ilícito de armas y los sobornos a parlamentarios para obtener victorias electorales contribuyeron a su caída. Posteriormente, Fujimori presentó su renuncia al cargo de presidente de la República mientras se encontraba en Tokio. Sin embargo, el Congreso peruano rechazó su dimisión y optó por destituirlo alegando incapacidad moral.
Tras estos acontecimientos, se inició una sucesión legítima. Valentín Paniagua, como presidente del Congreso, asumió el poder y dirigió un gobierno de transición. El legado de Fujimori se vio aún más empañado cuando, en el Informe global de la corrupción de Transparencia Internacional de 2004, se le incluyó entre los líderes más corruptos del mundo. Ocupó el séptimo lugar y, según este, acumuló una fortuna ilícita estimada en 600 millones de dólares (ajustada a la inflación, unos 861 millones de dólares en 2021).[4]