Hispania romana

Hispania
Provincia
218 a. C.-472

Provincias romanas de Hispania en la época de Augusto
Capital Tarraco
Entidad Provincia
 • País Imperio romano
Subdivisiones
Idioma oficial latín, lenguas paleohispánicas
Habitantes 5 000 000 o más
Historia  
 • 218 a. C. Establecido
 • 472 Disuelto
Forma de gobierno Autocracia
Correspondencia actual Península ibérica
Precedido por
Sucedido por
Hispania cartaginesa
Hispania visigoda
Cabeza de una antigua estatua romana de bronce, que a su vez era parte de un grupo escultórico. Fue hallada en el templo romano del yacimiento arqueológico de Cabezo de Alcalá, en Azaila (Provincia de Teruel, Aragón, España). Es una representación de un joven noble local, datada en el primer tercio del siglo I a. C. (Edad de Hierro II).
Para una mejor comprensión del significado y la etimología, consulte el artículo Hispania

Se conoce como Hispania romana a los territorios de la península ibérica y las islas Baleares durante el periodo histórico de dominación romana.

Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a. C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando, tras la caída del Imperio romano de Occidente, en 476, entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de algo más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedarían marcadas para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.

De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania pasó a ser en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a este un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.

El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador.

La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. Los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.