La historia del ferrocarril en Chile ha pasado por diversos periodos de auge y decadencia, comenzando en 1848 con los primeros planes para la construcción del Ferrocarril Caldera-Copiapó, la primera vía férrea en la zona norte; esto dio sobre todo paso a nuevas obras en infraestructura ferroviaria en Chile durante las siguientes décadas,[1][2] logrando unir por el norte desde las ciudades de Antofagasta y Arica hacia Bolivia y Perú, y desde Pisagua hasta Puerto Montt, incluyendo la zona austral de Chile, donde la isla de Chiloé contó con su propio ferrocarril, así como casos particulares en el extremo sur del país.[3]
El tren en Chile ha tenido naturaleza de propiedad privada (sobre todo en vías dedicadas al transporte de recursos naturales, como mineras o aserraderos) así como también una naturaleza estatal (originalmente denominada FFCC del Estado, desde 1994 pasa a llamarse Empresa de los Ferrocarriles del Estado o EFE).[4] Las vías en el país tienen una trocha de 1676 mm (trocha ancha) en el centro-sur del país (Red sur) y un ancho de vía de 1000 mm (trocha métrica) en el norte (Red norte).[5][6]
En su momento más álgido, el sistema férreo nacional contó con 7.658 km de vías en 1913, y transportó a cerca de 21 millones de pasajeros en 1946 y cerca de 27 millones en 1973.[7] Desde la década de 1950, el servicio de transporte de pasajeros y de carga ya comenzaba a presentar un rezagamiento debido a la falta de inversión en infraestructura y material rodante; hasta que la empresa administradora (EFE) es afectada finalmente en 1978 cuando todos los fondos estatales les fueron cortados, entrando en una grave crisis.[4][8][9] Desde la década de 1990, con el retorno de la democracia así como el aumento de la densidad de la población nacional, ha resurgido la necesidad y compromiso de crear sistemas de transporte público interurbano a nivel nacional, comenzando un proceso de financiamiento para la rehabilitación de vías y compra de nuevos vehículos (como el Biotrén, Tren Limache-Puerto o Tren Nos-Estación Central), además de servicios turísticos e históricos.[10][11][12][13] A 2014, Chile posee cerca de 5500 kilómetros de vías operativas,[14] 2200 km administrados por el estado.[15]