En la mitología griega, las Horas (en griego, Ὧραι; en latín, Horae, esto es, «Estaciones»)[1] eran originalmente las personificaciones o diosas del orden de la naturaleza y de las estaciones, si bien posteriormente fueron consideradas como diosas del orden en general y de la justicia. Suelen, pues, distinguirse dos «generaciones» principales.
A las Horas, y ya desde Hesíodo, se las suele considerar hijas de Zeus y Temis.[2] En las fuentes tardías aparecen descritas como hijas de Helios y Selene, astros que marcan el paso del tiempo;[3] o bien «las hijas del Tiempo, las doce Horas circulares, acompañan como sirvientas al brillante carro de Helios».[4]