Los Litigantes (Les Plaideurs) es la única comedia escrita por el dramaturgo francés Jean Racine (1639-1699). Fue representada en 1668 y está inspirada en Las avispas de Aristófanes, aunque se observa la influencia de Molière, con cuyas comedias rivalizó en su época en cuanto a popularidad, aunque a lo largo del siglo XX fue perdiendo el favor de los críticos y del público. Ataca la querulancia o deseo enfermizo de prolongar los pleitos.
Es una obra inesperada por las cosas que suceden: Un juez sale de su casa por la ventana, unos perros orinan en escena, dos jóvenes enamorados engañan al padre de la muchacha, y todo ello en versos alejandrinos. Es una obra con una fantasía verbal desbordante, paródica. Su lenguaje se convierte en un galimatías mezcla de latín y griego, y sus repeticiones en cascada hacen pensar en el teatro de Scarron.