Luz en el arte

Tumba de Humayun, Delhi.
Iluminación nocturna de la Torre Eiffel.
Iluminación nocturna de los monumentos de Washington D. C.
Puerto con el embarque de la Reina de Saba, de Claudio de Lorena. Un inhabitual contraluz con el sol en el centro de la composición.
Efecto de las vidrieras de la basílica de Saint-Denis en los sepulcros.
Tumba de Alejandro VII, de Bernini, en la basílica de San Pedro del Vaticano, Roma.
Transparente de la catedral de Toledo, Narciso Tomé, 1729-1732.
Interior de la catedral de Mallorca.
Interior de Santa Sofía de Constantinopla.
Interior del Panteón de Roma.
Gran templo de Abu Simbel. La orientación de la entrada hace que los rayos del sol iluminen la figura del faraón, en la cámara del fondo, dos veces al año, el 22 de octubre y el 22 de febrero, fechas de su nacimiento y ascensión al trono.[1]
Las celosías tamizan la luz y se reflejan en el suelo pulido del Salón de la Preservación de la Armonía[2]​ (Ciudad Prohibida de Pekín).

El tratamiento de la luz en el arte es uno de los temas más importantes de las técnicas artísticas[3]​ de cada una de las artes (especialmente las denominadas artes visuales); así como de la teoría del arte y de la estética. Ha sido abundantemente tratado por la historiografía del arte.[4]

No solamente se limita a la representación de la luz y su opuesto (la sombra),[5]​ sino que se extiende a la consideración de la iluminación adecuada que deben recibir las obras de arte en su exhibición (una función que cae dentro del ámbito de la museística y el comisariado artístico de las exposiciones de arte) e incluso al papel de la luz como parte esencial de determinadas obras de arte en sí mismas.[6]

Leonardo Da Vinci describe con un máximo de detalles la aplicación y el significado de luz y sombra. “La sombra es una carencia de luz y sólo la resistencia de los cuerpos opacos que impiden los rayos de luz. Por su naturaleza, la sombra pertenece a la oscuridad, mientras que la luz, por su naturaleza, pertenece a la luminosidad. La una esconde, la otra revela. Siempre están juntos sobre los cuerpos; y la sombra tiene más poder que la luz (…) La sombra es el medio por el cual los cuerpos revelan sus formas. (…) Así la oscuridad es el primer eslabón de la sombra y la luz el último. Por lo tanto, tú, pintor, has de hacer la sombra lo más oscuro posible cerca de su origen y deja que el final de la sombra se convierta en luz, de modo que parezca como si no tuviera fin.” A ello siguen estudios detallados de como la fuerza de la luz cambia de acuerdo con el ángulo en el cual incide sobre el objeto. La luz es “en su efecto como una proyección ya que la que incide sobre el ángulo recto alcanza el máximo grado de fuerza.”

  1. Noticia y fotografía, en Público, 22 de octubre de 2007.
  2. The Palace Museum, fuente citada en en:Hall of Preserving Harmony.
  3. Diana Angoso, Carmen Bernárdez, Beatriz Fernández y Ángel Llorente, Las técnicas artísticas, Educathyssen. - Ángeles Toajas, Glosario visual de técnicas artísticas Archivado el 28 de noviembre de 2020 en Wayback Machine., UCM, 2009. - Yésica García, Las técnicas artísticas Archivado el 6 de noviembre de 2015 en Wayback Machine., CSIF, mayo de 2010.
  4. Uso bibliográfico de las expresiones "luz en el arte" e "iluminación en el arte".
  5. La Sombra, exposición, Madrid, Museo Thyssen/Cajamadrid, 2009.
  6. Manuel Morales, Y se hizo la luz artificial en la joya visigótica de san Pedro de la Nave - La iglesia de San Pedro de la Nave estrena iluminación led a los 14 siglos de ser levantada: Con casi catorce siglos de historia en los que solo la ha iluminado el sol, esta cumbre del arte visigótico español [ la iglesia de San Pedro de la Nave ], situada en la localidad zamorana de El Campillo, estrena instalación eléctrica con 13 luminarias de luz led unidas al suelo y que se asemejan a cirios. Estas lámparas se han disimulado detrás de las columnas, en las naves laterales y el altar y recrean el recogimiento con que fue erigida esta obra en torno al 673. "La nueva iluminación alumbra, con solo 91 vatios, zonas estratégicas del templo de forma tamizada y cálida", señala en una de las naves laterales el arquitecto Jesús Castillo, de la Fundación Santa María la Real, entidad que promueve la recuperación del patrimonio artístico y ha acometido las obras. Además, los cristales de las ventanas se han sustituido por láminas de alabastro que irradian la luz misteriosa y difusa que había en la antigüedad. "Entonces, se colocaban finas pieles de animal para dejar pasar la claridad pero no la lluvia", añade antes de explicar que "en algún momento hubo instalación eléctrica, pero se retiró rápidamente porque rompía el ambiente intimista, no quedaba bien".