El maquillaje es la práctica de decorar la piel y otras partes visibles del cuerpo para resaltarlas o mejorar su aspecto, apelando a productos cosméticos.[1]
Por extensión, el término designa también los cosméticos que se emplean, tales como los lápices de labios, sombras de ojos, polvo facial, bronzer, iluminador o diamantina, base de maquillaje etc. con apoyo de diferentes instrumentos como brochas y esponjas.
En artes escénicas se emplea para caracterizar a los actores como el personaje que representarán, ya sea exagerar algún rasgo, deformar el rostro o simplemente partir de algo nuevo, así como para corregir las distorsiones producidas por la iluminación.
Además de minimizar la pérdida de color, el maquillaje ayuda a crear al personaje y contribuye también a su caracterización exterior, adecuado a la apariencia física y a las exigencias del guion. El maquillaje utilizado por los payasos es un ejemplo extremo de caracterización, que también se utiliza en fiestas, como el Carnaval.[2]
Existen otros tipos de maquillaje como el maquillaje social, novias, fotográfico, editorial, efectos especiales y automaquillaje.
La persona que se dedica a maquillar se denomina como maquillista[3] o maquillador y requiere de estudios previos como teoría del color, diseño de imagen y técnicas de aplicación.