Un medio o ambiente sedimentario es una parte de la superficie terrestre que se diferencia física, química y biológicamente de las zonas adyacentes.[1] En un medio sedimentario o en parte del mismo puede producirse erosión, no depósito o sedimentación, normalmente alternando en diferentes etapas. Los procesos sedimentarios son los causantes del transporte y depósito de los sedimentos. El número de medios sedimentarios actuales es finito y pueden ser clasificados.[2]
La mayoría de los sedimentos del registro geológico pueden ser asociados, por el principio de actualismo, a medios sedimentarios actuales;[2] sin embargo para algunas rocas sedimentarias muy antiguas no existen modelos actuales, como en el caso de las formaciones de hierro bandeado.
El registro de una cuenca sedimentaria refleja no solo los sedimentos sino también las cicatrices erosivas, relacionadas con la actividad tectónica o cambios climáticos, y periodos de no sedimentación (suelos, alteritas, sustratos endurecidos, etc.).[2]