El término memoria se emplea, en el rito romano de la Iglesia católica, para indicar aquellas celebraciones del Calendario romano general que tienen una importancia menor que la fiesta o la solemnidad. Se puede hablar de memoria obligatoria, si su celebración está prescrita –a menos que prime el domingo u otra celebración de rango superior–, o de memoria libre, si la facultad de su celebración se deja al celebrante. Tienen el grado de memoria la mayoría de las celebraciones de los santos.