La meritocracia (término proveniente del latín merĭtum ‘debida recompensa’, a su vez de mereri ‘ganar, merecer’; y el sufijo -cracia del griego krátos, o κράτος en griego, ‘poder, fuerza’)[1][2][3][4][5] o gobierno de los merecedores o gobierno de los mejores es una forma de gobierno basada en el mérito. Las jerarquías son conquistadas por el mérito, y hay predominio de valores asociados a la valoración de la capacidad individual frente a los demás y por tanto del espíritu competitivo frente al modelo de perpetuación de las jerarquías de poder por el nacimiento y la herencia.
El modelo ideal meritocrático de organización social promovería a los individuos considerados mejores en los diferentes cuerpos sociales: políticos y económicos, escuela, universidad, instituciones civiles o militares, mundo del trabajo, administraciones, Estado.
Por extensión, «meritocracia» hace referencia a la selección social o jerarquización social por la valoración de un tipo de méritos (meritaje) para el desempeño de puestos de gobierno, laborales, económicos y sociales.[6][7]
Sin embargo, se identifican fallas a la meritocracia y su importancia en la jerarquización social.[8] En las meritocracias no ideales, la evolución de los sistemas de cooptación son generadoras de desigualdad social y desigualdad económica y consolidación social de las jerarquías y los privilegios, es decir, del statu quo.[9][10][11][12]
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no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas emancipatoria
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no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas contra_meritocracia
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no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas merito_igualdad
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no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas meritocracia_privilegios