Un microclima es un conjunto de patrones y procesos atmosféricos que caracterizan un entorno o ámbito reducido.[1]
Los factores que lo componen son la topografía, temperatura, humedad, altitud-latitud, luz, la cobertura vegetal y las obras humanas (arquitectura urbana, industria, procesos económicos, etc.) que pueden incidir en las variables atmosféricas (meteorológicas más que climáticas) y que sirven para suavizar los valores extremos (aire acondicionado en época de calor, calefacción en épocas de frío) de un lugar generalmente urbano y que terminan por modificar a escala muy local el clima normal de un lugar.[1]
Además de los microclimas naturales, existen los microclimas artificiales, que se crean principalmente en las áreas urbanas (véase Isla de calor urbano) debido a las grandes emisiones de calor y de gases de efecto invernadero de éstas.[1]