Ministril

Portada de unas completas con acompañamiento de ministriles que se conserva en la parroquia de Olot.

Ministril es uno de los nombres con que se denominaba a los músicos o juglares complementarios de los trovadores medievales.[1][a]​ Se considera voz procedente del latín «ministerium y minister».

Al parecer, los trovadores, troveros y minnesinger, poetas cortesanos, se enorgullecían de su actividad literaria pero se avergonzaban de tocar instrumentos, por lo que de manera tradicional recurrían a los juglares para esta función de acompañamiento instrumental de sus canciones o les entregaban sus obras. Posteriormente se utilizó el término 'ministril' trastrocado como músico instrumentista, para diferenciarlo del cantor.

El término comenzó a utilizarse en Francia a comienzos del siglo XIII, cuando los juglares líricos de las cortes señoriales preferían ser llamados con la palabra menestrel, como el resto del personal que trabajaba a sueldo en las cortes, en vez del término jongleur. En el siglo XIV, este término para referirse a los músicos cortesanos se fue generalizando y extendiendo a más países.[2]

A mediados del siglo XIV es cuando comenzó a utilizarse este nombre en la península ibérica, pero bajo la forma ministril. En el reino de Aragón se refieren con este término a tres músicos del rey de Francia que actuaron en la corte en 1340. Se fue generalizando primero en la Corona de Aragón y después en la de Navarra, quedando el término juglar para designar a los músicos callejeros y ministril a los cortesanos.[3]

A partir de la entrada de la dinastía de los Trastámara en los reinos de Aragón y de Navarra, el término ministril fue cayendo en desuso. Así, desde la segunda década del siglo XV comenzó a ser sustituido por el de sonador para referirse a los músicos de instrumentos de cuerda, no así para los que tocaban chirimías, los cuales seguían siendo llamados ministriles.[4]

La función principal de los ministriles era la de acompañar la danza y el canto, al menos en las Coronas de Navarra y Aragón, más afrancesadas que la de Castilla.[5]

  1. Ramón Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares. Orígenes de las literaturas románicas. Ed: Espasa-Calpe 9ª edición 1991 pp. 41 y 42.
  2. Muntané, María del Carmen Gómez (2001). La música medieval en España. Edition Reichenberger. p. 219 y 220. ISBN 978-3-935004-35-0. Consultado el 7 de junio de 2020. 
  3. Muntané, María del Carmen Gómez (2001). La música medieval en España. Edition Reichenberger. p. 281. ISBN 978-3-935004-35-0. Consultado el 7 de junio de 2020. 
  4. Muntané, María del Carmen Gómez (2001). La música medieval en España. Edition Reichenberger. p. 225. ISBN 978-3-935004-35-0. Consultado el 7 de junio de 2020. 


Error en la cita: Existen etiquetas <ref> para un grupo llamado «lower-alpha», pero no se encontró la etiqueta <references group="lower-alpha"/> correspondiente.