Movimientos eclesiales

Los movimientos eclesiales es un término contemporáneo aplicado a grupos y asociaciones eclesiales de fieles cristianos,[1]​ conforman comunidades dentro de la Iglesia católica que tienen una determinada forma de llevar a cabo o vivir la fe católica.[2][3]​ En ocasiones están dedicadas a la evangelización y actividad misionera. También son conocidos como movimientos laicos, para diferenciarlos de movimientos de religiosos o de vida monástica.[4]​ Tras el Concilio Vaticano Segundo se incrementó la aparición de muchos de estos movimientos.[5]

En el año 1998 tuvo lugar el Congreso Internacional de los Movimientos Eclesiales, celebrado en Roma el día de Pentecostés, contando con la presencia 250.000 personas de 56 movimientos y comunidades.[6]

¿Qué se entiende, hoy, por «movimiento »? El término se refiere con frecuencia a realidades diferentes entre sí, a veces, incluso por su configuración canónica. Si, por una parte, ésta no puede ciertamente agotar ni fijar la riqueza de las formas suscitadas por la creatividad vivificante del Espíritu de Cristo, por otra indica una realidad eclesial concreta en la que participan principalmente laicos, un itinerario de fe y de testimonio cristiano que basa su método pedagógico en un carisma preciso otorgado a la persona del fundador en circunstancias y modos determinados.
Juan Pablo II, Mensaje al Congreso Mundial de los Movimientos de 1998, en PC Laicis 1999, 18.

Algunos de los movimientos participantes y posteriormente reconocidos como oficiales fueron:

Los precursores de los movimientos eclesiales modernos fueron el Movimiento de Schöenstatt, fundado en 1914 por el P. Kentenich en Alemania[7]​; la Legión de María, fundada en 1921 por Frank Duff en Irlanda[8]​; la Acción Católica; los Cursillos de Cristiandad[9]​; la Renovación Carismática Católica, y la Familia Mundial de Radio María.

El Opus Dei, aunque comparte algunas de las características de los movimientos eclesiales, no es categorizado por las autoridades de la Iglesia Católica como un movimiento al uso, pues es una prelatura personal, similar a una diócesis o un ordinariato militar, siendo parte integral de la jerarquía y jurisdicción de la Iglesia.[10]

  1. Richard McCord, H. (2012). Los movimientos eclesiales como agentes de una Nueva Evangelización. Estados Unidos: United States Conference of Catholic Bishops. Consultado el 25 de enero de 2017. 
  2. «Pontificio Consejo para los Laicos». www.vatican.va. Consultado el 6 de junio de 2017. 
  3. «Pontificio Consejo para los Laicos». www.vatican.va. Consultado el 6 de junio de 2017. 
  4. «A los participantes en el Congreso mundial de los Movimientos eclesiales Organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos (27 de mayo de 1998) | Juan Pablo II». La Santa Sede. Consultado el 24 de enero de 2017. 
  5. Villa B., Ana Cristina. «La Primavera de la Iglesia. Movimientos eclesiales, fieles laicos y nueva evangelización.». artículo literario. Consultado el 12 de abril de 2015. «analizan desde diferentes perspectivas la realidad de los movimientos eclesiales y la «nueva etapa de la vida asociativa» de los fieles laicos que se abrió especialmente a partir del Concilio Vaticano II». 
  6. García de Andoin, Carlos (2004). Gráficas Arias Montano, S.A., ed. Laicos Cristianos, Iglesia en el Mundo. Madrid: Ediciones HOAC. ISBN 8485121872. «Este congreso convoca a una serie de Movimientos y pretende servir de reconocimiento y empuje de esta realidad. Se reúnen 250.000 personas de 56 movimientos y comunidades, encabezado por 350 delegados de todo el mundo.» 
  7. Consejo Pontificio para los Laicos, ed. (2015). «Movimiento Apostólico de Schoenstatt». Consultado el 28 de septiembre de 2017. 
  8. Consejo Pontificio para los Laicos, ed. (2015). «Legio Mariae». Consultado el 28 de septiembre de 2017. 
  9. Saiz Meneses, Josep Àngel (1993). Los Cursillos de Cristiandad. Génesis y Teología. Edibesa. p. 277. ISBN 848407708X. 
  10. «La lista de la que saldrá el próximo Prelado del Opus Dei». Infovaticana. 19 de enero de 2017. Consultado el 24 de enero de 2017.