El término municiones no detonadas se refiere a armas explosivas, específicamente explosivos, que no se detonaron durante el conflicto en el cual fueron utilizadas y permanecen sobre el terreno durante años y décadas, de forma que representan un peligro latente para la población civil. Las minas antipersona y las bombas de racimo son uno de los ejemplos más conocidos y numerosos de municiones no detonadas. Las municiones no detonadas entran también en la categoría de restos explosivos de guerra.