Nao

Réplica de la nao Victoria, la única de las cinco naves de Magallanes que retornó a España en 1522, siendo la primera en circunnavegar el globo terrestre.
Réplica de la nao Victoria en la ciudad de Punta Arenas.[1]

La palabra nao (del latín navis, 'navío', a través del catalán nau)[2][3]​ ha tenido en el castellano de siglos pasados, sobre todo los siglos XIV, XV, XVI y XVII,[4]​ la acepción genérica de «nave» o «barco», refiere especialmente aquellas embarcaciones dotadas de cubierta y velas pero no dotadas de remos.[5]​ En los siglos XIV, XV y primera mitad del XVI, la palabra se refirió también a un tipo más concreto de buque que se distinguía por tener un elevado francobordo, tres mástiles dotados de velas cuadras y castillos en proa y en popa. Del mismo modo que en el siglo XV naos y carracas ya habían reemplazado a las cocas medievales, en la segunda mitad del siglo XVI, galeones, urcas, pinazas y filibotes ya habían reemplazado a naos y carracas.

Las naos son una evolución de las cocas medievales, barcos mercantes de casco redondo y un solo mástil con vela cuadrada. Las cocas, a su vez, eran lo que los vikingos habían desarrollado para los knarr, sus barcos mercantes. Hacia el siglo XIII, cuando el período vikingo ya había terminado desde hacía más de dos siglos, las cocas europeas empezaron a adquirir un nuevo adelanto técnico: el timón de codaste, que reemplazaba al timón de espadilla, utilizado hasta entonces desde la naos de los siglos XIV y XV.

Se caracterizaron por heredar tres de las características de las cocas: casco redondo, timón de codaste y castillo de popa, pero a diferencia de las cocas llevaron uno o dos mástiles más: trinquete –a menudo en caída, es decir ligeramente inclinado hacia delante–, mayor y mesana, además del bauprés, que se proyectaba del castillo de proa. La diferencia entre carabela y nao se encuentra en que las carabelas tenían un francobordo más bajo, usaban velas latinas (triangulares, aunque algunas carabelas castellanas tuvieron velas cuadradas) y, aunque tenían castillo de popa, no tenían castillo de proa. En naos y carracas el francobordo era más elevado, las velas eran cuadradas y tenían un castillo tanto a popa como a proa.

  1. Sitio del Museo Nao Victoria [1] Archivado el 10 de mayo de 2013 en Wayback Machine.
  2. Real Academia Española. «nao.» Diccionario de la lengua española. Consultado el 17 de diciembre de 2017.
  3. René Pellen; Claudio García Turza (1993). Los milagros de Nuestra Señora de Berceo (c. 1255): Index. ENS Editions. pp. 651-. ISBN 978-2-902966-11-0. Consultado el 19 de noviembre de 2011. 
  4. Un diccionario náutico español publicado en 1831 considera ya la palabra «nao» como antigua. Consúltese nao en el Diccionario marítimo español, redactado por orden del rey nuestro señor
  5. Véase «nave» en el Diccionario de la Real Academia Española.