El opus vittatum (en latín, literalmente, 'obra con vetas') también llamado opus listatum es una técnica de construcción romana, que hacía cuadrar bloques de toba volcánica atravesados por una o más hiladas de ladrillos a distancias regulares o irregulares, todo cimentado con opus caementicium.[1]
Es el aparejo formado por pequeños sillares o mampuesto encuadrado más o menos regularmente (utilizando materiales disponibles en el lugar), que se dispone en hiladas horizontales y que, con cierta frecuencia, se alterna con hiladas de ladrillos. A pesar de su efecto decorativo, la mayor parte de los muros estaba cubierta con estuco de yeso blanco para protegerlos del calor y la lluvia por el exterior y proporcionar una superficie lisa, en su caso, para la pintura decorativa de los muros interiores.
Esta técnica fue utilizada frecuentemente en el Bajo Imperio, y fue especialmente popular a partir del siglo IV y posteriormente, en la Edad Media. Se usaba sobre todo para levantar altos muros estructurales, como las Termas de Caracalla y las Muralla de Aureliano (271-274) en Roma.