Palacio

Palacio de Teodorico el Grande en Rávena, representado en los mosaicos de San Apolinar el Nuevo (siglo VI).
Palais de la Cité de París, visto desde atrás, cruzando el río Sena, con la Sainte Chapelle al lado derecho (ilustración de Les Très Riches Heures du Duc de Berry, 1410).
Galería de los espejos del Palacio de Versalles (1678-1694)
Palacio de Narayanhiti, Nepal
Gran Palacio de Bangkok (1782)
Palacio da Regaleira, Sintra, Portugal (arquitecto Luigi Mannini, 1904-1910).
Palacio de La Moneda, Santiago de Chile.
Palácio da Alvorada, Brasilia (arquitecto Óscar Niemeyer, 1958).

Un palacio es un edificio utilizado como residencia del jefe de Estado u otro magnate.

Surgieron en la Edad Antigua, con el inicio de la historia, en todas las civilizaciones; albergando acontecimientos y protagonizando procesos políticos, sociales y económicos de trascendencia histórica.

En el Antiguo Régimen europeo los palacios eran las residencias reales, las de la nobleza y del alto clero; aunque también de los burgueses enriquecidos. Se construían, amueblaban y decoraban con los criterios del gusto artístico más exigente y el mayor lujo, contribuyendo a fijar los estilos artísticos de cada época.

En la Edad Contemporánea muchos palacios han sido transformados para otros usos, como parlamentos o museos. El término se emplea también habitualmente para denominar nuevas construcciones de edificios públicos especialmente lujosos que funcionan como hitos urbanos; sea cual sea su uso, siendo un caso extremo, los pasillos del Metro de Moscú, inspirados en lujosas estancias palaciegas, construido en la época estalinista con explícita referencia a los palacios zaristas.