Las plumas son estructuras queratinosas de la piel de las aves y otros dinosaurios terópodos. Son los apéndices integumentarios (escamas, pelos, cuernos, etc.) de estructura más compleja entre los vertebrados.[1][2] El conjunto de todas las plumas de un ave recibe el nombre de plumaje, y forma una capa densa, aislante, que la protege frente al frío y el agua, contribuyendo a la termorregulación de estos animales.[3] Estas formaciones córneas tienen terminaciones nerviosas y generan dolor al ser cortadas. Son fundamentales en el vuelo aviar, pues forman la superficie sustentadora del ala.[3] Las plumas tienen también otras funciones relacionadas con su color y su vistosidad, como el camuflaje, el reconocimiento entre los miembros de la misma especie y la comunicación entre ellos, la diferenciación de sexos y como elemento de atracción sexual durante el cortejo.[3]
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