La pubertad, adolescencia inicial o adolescencia temprana es la primera fase de la adolescencia y de la juventud.
La pubertad suele iniciar entre los 8 y los 10 años en las niñas, y entre los 10 y los 14 años en los niños. Además, suele finalizar entre los 13 y 14 años en las niñas y entre los 15 y 16 años en los niños.[1][2][3] En la pubertad se lleva a cabo el proceso de cambios físicos, en el cual el cuerpo del niño o niña adquiere la capacidad de la reproducción sexual, al convertirse en adolescentes.[4]
Si una niña no ha experimentado crecimiento del botón mamario hacia la edad de 13 años o bien no ha habido menarca al cumplir 16, o un niño no ha notado crecimiento testicular alrededor de los 14 o vello púbico alrededor de los 15, se trata de retraso puberal.
El crecimiento se acelera en la primera mitad de la pubertad, y alcanza su desarrollo al final. Las diferencias corporales entre niños varones y niñas antes de la pubertad son casi únicamente sus genitales.[5] Durante la pubertad se notan diferencias más grandes en cuanto a tamaño, forma, composición y desarrollo funcional en muchas estructuras y sistemas del cuerpo. Las más obvias son las características sexuales secundarias. En sentido estricto, el término «pubertad» se refiere a los cambios corporales en la maduración sexual más que a los cambios psicosociales y culturales que esto conlleva.
La adolescencia es el período de transición psicológica y social entre la niñez y la vida adulta. La adolescencia abarca gran parte del período de la pubertad, pero sus límites están menos definidos, y se refiere más a las características psicosociales y culturales mencionadas anteriormente.