Un recipiente, como objeto para contener o guardar algo, es todo receptáculo destinado a albergar en su interior hueco productos sólidos (o semisólidos, como polvos, gránulos), líquidos o gases, y usado en numerosos ámbitos de la vida cotidiana, el comercio y la industria. Generalmente aplicado a objetos,[1] admite también uso abstracto o figurado.[2] Cuando se ordena en serie se ajusta más a la definición de envase.[3]