Una red de sensores (del inglés sensor network) es una red de ordenadores pequeñísimos («nodos»), equipados con sensores, que colaboran en una tarea o más tareas comunes.
Las redes de sensores están formadas por un grupo de sensores con ciertas capacidades sensitivas y de actuación inalámbrica, los cuales permiten formar redes ad hoc, sin infraestructura física preestablecida, ni administración central.
Las redes de sensores inalámbricos (en inglés, wireless sensor networks, abreviadamente WSN), también llamadas redes de sensores y actuadores (wireless sensor and actuator networks, WSAN) son sensores autónomos espacialmente distribuidos para monitorizar condiciones físicas o ambientales, como temperatura, sonidos, presión, etc y para pasar sus datos de forma cooperativa a través de la red a otras ubicaciones. Las redes más modernas son bidireccionales, que permiten el control de la actividad del sensor.
Una red de sensores inalámbricos móviles (mobile wireless sensor network, MWSN) es una red de sensores sin cables de interconección (WSN) en la que los nodos de los sensores son móviles. Las redes MWSNs son más pequeñas que sus predecesoras. MWSNs son mucho más versaitles que las redes de sensores estáticos y pueden desplegarse en cualquier escenario y enfrentarse con cambios tecnológicos rápidos
Estas redes de sensores y actuadores inalámbricos se utilizan en muchos campos industriales y de consumo, como monitorización y control de procesos industriales, monitorización de la salud mediante máquinas, sistemas ciberfísicos, domótica, detección ambiental, etc.
Se caracterizan por su facilidad de despliegue y por ser autoconfigurables, pudiendo convertirse en todo momento en emisor, receptor, ofrecer servicios de encaminamiento entre nodos sin visión directa, así como registrar datos referentes a los sensores locales de cada nodo. Otra de sus características es su gestión eficiente de la energía, que les permite obtener una alta tasa de autonomía que las hacen plenamente operativas[1].
La miniaturización de ordenadores creciente dio a luz la idea de desarrollar computadoras extremadamente pequeñas y baratas que se comunican de forma inalámbrica y se organizan autónomamente. La idea de estas redes es repartir aleatoriamente estos nodos en un territorio grande, el cual los nodos observan hasta que sus recursos energéticos se agoten. Los atributos «pequeño», «barato» y «autónomo» dieron a conocer la idea como polvo inteligente (smart dust)[2][3].
Por el momento, las redes de sensores es un tema muy activo de investigación en varias universidades, aunque ya empiezan a existir aplicaciones comerciales basadas en este tipo de redes. La red de sensores hasta la fecha más grande consistió de 800 nodos y fue puesta en servicio el 27 de agosto de 2001 para duración breve en la universidad de Berkeley para demostrar la potencia de esa técnica en una presentación.[1] Algunos sistemas han resultado ser aplicable muy variadamente, por ejemplo Berkeley Motes,[2] Pico-Radio,[3] Smart-Dust[4] y WINS.[5]