Relaciones China-Estados Unidos | ||||
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Misión diplomática | ||||
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Las relaciones entre China y Estados Unidos (o relaciones chino-estadounidenses) se refieren a las relaciones bilaterales existentes entre los Estados Unidos de América (EE. UU.) y la República Popular China (RPC). Dichas relaciones han sido descritas por varios líderes mundiales y académicos como las más importante del mundo del siglo XXI,[1] aunque la mayoría de los analistas las describen como complejas y polifacéticas.
Usualmente ambos países no son ni aliados ni enemigos; el gobierno estadounidense no considera a la RPC como un adversario, sino como un competidor en ciertas áreas y como socio en otras. Históricamente, las relaciones entre los dos países generalmente han sido estables con algunos períodos de conflicto abierto, especialmente durante la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam.[2]
La RPC y EE. UU. son principales socios comerciales. Desde 2019, EE. UU. tiene la economía más grande del mundo y la RPC tiene la segunda más grande (tiene un PIB más grande cuando se mide por PPA). Ambos países son los más grandes consumidores de vehículos de motor y petróleo,[3] y los dos emisores más grandes de Gas de efecto invernadero.[4] La relación comercial chino-americana es la segunda más grande del mundo.[5] La RPC es también el mayor acreedor extranjero de los EE. UU..
La RPC y EE. UU. tienen intereses comunes en cuanto la prevención y supresión del terrorismo y la proliferación nuclear. Sin embargo, los dos países siguen en disputa por cuestiones territoriales en el Mar del Sur de China.[6] También la república de China (Taiwán) se mantiene como una fuente de tensión en la relación bilateral. Aunque la RPC nunca ha gobernado Taiwán, esta reclama a Taiwán como una provincia y repetidas veces ha amenazado con tomarla por la fuerza. Por su parte, EE. UU. exporta armamento hacia la República de China y hay una simpatía hacia Taiwán en parte porque, a diferencia de la RPC, se ha transformado en una democracia liberal. Cualquier adhesión a la RPC podría también cambiar el equilibrio de poder en la región. Oficialmente, la política de EE. UU. se rige por la Ley de relaciones con Taiwán, las Seis Garantías, y los Tres Comunicados. Se ha declarado un compromiso con una política de una sola China, en la que se reconoce la posición de la RPC de que Taiwán es parte de China, pero no indica si se está o no de acuerdo con esa postura. La fuerza de ese compromiso y la relación entre las políticas, que pueden ser vistas como contradictorias, cambian de una administración a otra. Una declaración de independencia por parte de la isla pondría a EE. UU. en una posición difícil teniendo en cuenta sus compromisos hacia Taiwán.
A medida que ambos países se vuelven más entrelazados, un mayor número de chinos y estadounidenses han tenido la experiencia de visitar, estudiar, trabajar y vivir en el país del otro. Aun así, el papel de los medios de comunicación permanece importante al moldear los puntos de vista sobre cada país.[7] No obstante, existen preocupaciones estadounidenses relacionadas con el papel de la democracia y los derechos humanos en la RPC.
La RPC tiene la segunda población más grande del mundo y EE. UU. la tercera (India logro superar la población de RPC en 2023 convirtiéndose en el país con la población más grande del mundo)