La salud mental es, en términos generales, el estado de equilibrio social y conductual de una persona con su entorno sociocultural, que garantiza su participación social, capacidad de afrontar dificultades, percepción y juicio de la realidad y de sí mismo para alcanzar el bienestar y una buena calidad de vida.[1] Comúnmente, y según la Organización Mundial de la Salud, se utiliza el término «salud mental» de manera análoga al de salud física, lo que quiere decir que no tiene sentido hablar de salud mental diferenciándola del concepto de salud física aunque sean ramas distintas.[2]
La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental incluido en la definición de salud que da la OMS: «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».[3]
Este concepto general se debe concretizar mediante la observación detallada del comportamiento de la persona en su vida diaria. La observación es una de las principales fuentes de información para conocer el estado de la salud mental en múltiples aspectos de la vida, como son, por ejemplo, el manejo de conflictos, resolución de problemas prácticos, competencias (efectivas, sociales e intelectuales), modo de asumir las responsabilidades, la adecuada manutención de las propias necesidades, la forma en que afronta sus propias tensiones, la riqueza y profundidad de sus relaciones interpersonales y la manera en que dirige su vida independiente. En todo caso, el acento estaría puesto en la salud de la persona antes que en sus deficiencias y enfermedades.
Es importante destacar que las enfermedades mentales no están relacionadas con disminución de la función intelectual de las personas. De hecho, algunas personas con enfermedades mentales pueden tener una inteligencia y un funcionamiento cognitivo normal o superior a la media. Sin embargo, es cierto que algunos trastornos mentales pueden afectar la capacidad de una persona para concentrarse, procesar información o tomar decisiones, lo que puede interferir en su desempeño cognitivo.[2]Es esencial cuidar la salud mental mediante actividades como meditación, ejercicio, alimentación saludable, sueño adecuado y comunicación con seres queridos.