El semipelagianismo es un nombre inapropiado[1][2][3][4][5][6][7] para una escuela cristiana teológica y soteriológica de pensamiento sobre la salvación. El pensamiento semipelagiano contrasta con la enseñanza pelagiana anterior sobre la salvación, el Pelagianismo (en la que se considera que las personas alcanzan su propia salvación por sus propios medios), que había sido descartada como herejía. El semipelagianismo en su forma original se desarrolló como un compromiso entre el pelagianismo y la enseñanza de san Agustín, que enseñó que las personas no pueden venir a Dios sin la gracia de Dios. En el pensamiento semipelagiano, por lo tanto, se hace una distinción entre el comienzo de la fe y el aumento de la fe. El pensamiento semipelagiano enseña que la segunda mitad, que crece en la fe, es obra de Dios, mientras que el comienzo de la fe es un acto de libre albedrío, con la gracia que se superpone más tarde. Fue etiquetada como herejía por la Iglesia Occidental en el Segundo Concilio de Orange en 529.[8]
El catolicismo enseña que el comienzo de la fe implica un acto de libre albedrío, pero que la iniciativa proviene de Dios aunque requiera una colaboración libre por parte del hombre: "El mérito del hombre ante Dios en la vida cristiana proviene de que Dios ha dispuesto libremente asociar al hombre a la obra de su gracia. La acción paternal de Dios es lo primero, en cuanto que Él impulsa, y el libre obrar del hombre es lo segundo, en cuanto que este colabora".[9] "Puesto que la iniciativa en el orden de la gracia pertenece a Dios, nadie puede merecer la gracia primera, en el inicio de la conversión, del perdón y de la justificación. Bajo la moción del Espíritu Santo y de la caridad, podemos después merecer en favor nuestro y de los demás gracias útiles para nuestra santificación, para el crecimiento de la gracia y de la caridad, y para la obtención de la vida eterna."[10]